Empújale lejos

Ahora entrenaremos nuestros brazos. Con nuestros amigos, formamos parejas. Uno tiene que ponerse en forma de bola, agarrándose las piernas con los brazos; el otro, ha de empujarlo con los brazos, por debajo del agua, y conseguir que llegue lo antes posible a la otra orilla. De todas las parejas, la que llegue antes gana.

Si desplazarnos a nosotros mismos debajo del agua cuesta, conseguir mover a alguien cuesta mucho más. El truco está en no agarrar a la otra persona, sino dejar las manos abiertas, planas y con los dedos juntos. Así lo empujaremos, sin arrastrarnos nosotros también. Lo mejor para este ejercicio es llevar gafas de buceo.

Una variante es agarrar la mano o el brazo de la otra persona, y tener que arrastrarla hasta el otro bordillo. Elijas el que elijas, es un ejercicio que cansa y te ayuda a fortalecer tanto brazos como piernas. ¡Ojalá nos resultase desplazar a alguien tan fácil como a este tiburón!

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